Apple Vision Pro: ¿hacia allá vamos?
Las Apple Vision Pro prometen ser el "futuro", pero son un dispositivo que más que unirnos, nos alejan, nos separan. ¿Es lo que realmente queremos?
NOTA: en esta ocasión te traemos una reflexión que publicamos en Filosofía en la Red con ocasión de la puesta a la venta de las Apple Vision Pro. Este artículo tiene una particularidad interesante: ha sido compartido también en el blog de la American Philosophical Association (APA) -siendo traducido como parte de la colaboración que tenemos con ellos-. Podrás leer el artículo completo tanto en inglés como en español.
En una carta que envió Zuckerberg a sus empleados1 luego de la presentación de las Apple Vision Pro2, menciona: "[…] nuestra visión del metaverso y nuestra presencia es fundamentalmente social. Se trata de que las personas interactúen de nuevas maneras y se sientan más cerca […] Por el contrario, cada demostración que mostraron [Apple] era una persona sentada en un sofá sola […]3". Y aquí, sin duda, el cofundador de Facebook, acierta de forma magistral.
Ya en alguna ocasión hablé sobre cómo y por qué no necesitamos un metaverso, pero ante la salida a la venta de las Apple Vision Pro, este tema vuelve a tomar una relevancia clave. El mundo se está recuperando de un encierro involuntario ocasionado por el COVID-19, un claustro que parecía que nadie quería repetir, pero parece que ni las empresas ni al público le desagrada totalmente la idea de la economía del encierro4. Todo indica que queremos —rogamos— por perdernos en burbujas individuales, que anhelamos alejarnos de experiencias colectivas.
El Apple Vision Pro se presenta como una computadora espacial —o el futuro de la PC actual—, más aún, es un dispositivo de realidad mixta que puede sumergirte también en la realidad virtual. Pero, ¿realmente Apple le apuesta a lo híbrido? Desde luego que no. Un ejemplo rápido son las videollamadas que el gadget promete, las cuales se realizarán a través de Memojis —los avatares de Apple—, perdiendo lentamente con ello el contacto con la realidad, con las personas.
Los dispositivos de realidad mixta no son una novedad; el Meta Quest5 de Zuckerberg apuesta, por un precio menor, por lo mismo, pero ¿es realmente algo que necesitemos? Ready Player One y Upload (Amazon, 2020) —como ejemplos rápidos— nos muestran lo distópico que puede ser esto. Si bien quizá el futuro ideal sería algo tipo las fallidas Google Glass6, incluso con ellas las grandes tecnológicas intentarían virar hacia algo más individual.
Google, Apple, Amazon, Microsoft... todas buscan aislarnos, quieren que nuestras interacciones dejen de ser entre humanos para que estas se realicen por medio de los productos y servicios que ofrecen; el boom de la IA se puede leer bajo el mismo crisol: pretenden crear chatbots —como los que ya hay— y otros servicios que reemplacen la asistencia humana cuando nos contactamos o interactuamos con alguna empresa.
[...] cada demostración que mostraron era una persona sentada en un sofá sola [...].
In a letter Zuckerberg sent to his employees after the launch of the Apple Vision Pro, he mentions: “[…] our vision for the metaverse and presence is fundamentally social. It’s about people interacting in new ways and feeling closer in new ways […] By contrast, every demo that they showed [Apple] was a person sitting on a couch by themself […]”. And here, undoubtedly, the co-founder of Facebook hits the mark masterfully.
I have already spoken about how and why we do not need a metaverse, but with the release of the Apple Vision Pro, this topic once again becomes crucially relevant. The world is recovering from an involuntary lockdown caused by COVID-19, a confinement that nobody wants to repeat, but it seems that neither companies nor the public are entirely averse to the idea of a lockdown economy. Yet, it seems consumers and companies have internalized an increased digitalization of businesses, new virtual stores, and the convenience of home delivery. It appears that we want—beg—to lose ourselves in individual bubbles, and long to move away from collective experiences.
The Apple Vision Pro presents itself as a spatial computer—or the future of the current PC—even more, it’s a mixed-reality device that can also immerse you in virtual reality. But is Apple really betting on the hybrid? Certainly not. A quick example is the video calls that the gadget promises, which will be conducted through Memojis—Apple’s avatars. These represent a gradual loss of contact with reality, with real people.
Mixed reality devices are not new; Zuckerberg’s Meta Quest, for a lower price, aims for the same, but do we really need it? Ready Player One and Upload, for example, show us how dystopian this can be. Although perhaps the ideal future would be something like the failed Google Glass6, even with them, the tech giants would likely try to shift us towards more individual pursuits.
Google, Apple, Amazon, Microsoft… they all seek to isolate us, wanting our interactions to be through the products and services they offer instead of human-to-human; the AI boom can be read under the same prism: they intend to create chatbots—like the ones already available—and other services that replace human assistance when we contact or interact with a company.
“[…] every demo that they showed [Apple] was a person sitting on a couch by themself […].”
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